La indignación contra la violencia machista que recorre América Latina arde con furia en México. Allí, centenares de niñas y mujeres son asesinadas cada mes y el acoso es una experiencia común de las mexicanas desde que son niñas. La sociedad reacciona dividida frente a la protesta que ha conseguido por fin romper el silencio y ahora está dispuesta a romperlo todo.